Alteridades


I

Filma la realidad desde afuera, por el realismo que le dicen. Pero le refutan: la realidad debe mirarse desde adentro. Se introduce entonces una sonda endoscópica por el ano (con cámara fílmica, por cierto) y descubre de a poco que su cuerpo está desorientado y vacío.

II

A Gato Colorado llegó la Pantaleona sin otro equipaje que se valija de cartón. Liviana. Adentro, nada. Pero sí: adentro, todas las memorias trasnochadas de un hombre golpeador, de una hija abortada, de botellas y botellas de fernet, de tugurios prestados. Y una soga, sí, una pequeña soguita de nylon que bastó. Bastó cuando en el sueño etílico, sólo silencio.

III

Flores de amizcle y hojas de siemprevivas; semillas de amapolas y tubérculos macerados de fresias. Con ellas hace el brebaje y espera. El niño que no crece mira a la mujer, quien calladamente siente que en ese cuenco está el milagro. Cuando la luna, él se inclina un poco y lo escurre por el piso. Muñeco de mazapán.

IV

Cuando empezó a levitar, el mundo se le vino encima. Mejor dicho el cielorraso. Alguien le dijo que se dedicara a ciencias ocultas, pero no era el caso. Al fin eligió ser ilusionista. Y todos (incluso él) lo vieron como natural.

V

Hay muchas sabidurías, pero él posee la de callar. ¿Para qué decir, protestar, prometer, orar? Su vida es plácida y cerrada. Sin urgencias. Por ello, al llegar un día el dolor, estrena una sonrisa impávida. En la boca sin dientes. Sin lengua.

VI

De Salsipuedes quizá recuerden la historia del cementerio y del féretro bailarín, pero éste es otro suceso. El de la escuela sin niños. Ahí donde todos los alumnos hicieron huelga y dejaron a los maestros sin empleo. Un suceso histórico, es cierto. Y que ubicó a Salsipuedes en el campo de las reivindicaciones sociales. El derecho de los niños, claro está, a no estudiar.

VII

Su cuerpo es un disparador de energía. Sexo y músculo siempre preparados, listos, en tensión. Su cabeza alerta, su mirada relámpago. Como un virus lento, una mujer se introduce en su cuerpo y lo estraga. En días, el cuerpo de ella es un disparador de energía. Sexo y músculo. La noria de la vida no cesa…

VIII

Un cordero sin piel no es cordero. Lo sabe Pedro, que busca gibas en los médanos, que investiga obstáculos en los caminos abiertos, que saluda a las ánimas. (Y que, en el fondo, presiente que nunca hallará el vellocino de oro…)

IX

Ella tiene una vida de tules. Entiéndase: una vida transparente. Pero sabe cuánto debe sacrificar, cuando el destino impone sus códigos. Por eso, sin hesitar, sube al molino el día que le arrancan el hijo. Mira las nubes, se ciega ante el sol, y acepta que el viento la lleve más allá de las astas…

X

No importa cómo se llama. Es un cuerpo hecho de sabiduría y de ternezas. Nadie lo busca por su nombre. Lo invocan como El Santón. Y él parece dispuesto. Generalmente no abre su boca ante las preguntas. Ellos, casi siempre, saben aceptar que su silencio equivalga a una respuesta. Afirmativa, si le cae bien al consultante. Negativa, si es lo que el otro espera…

XI

El espacio que cabe entre una pregunta y una respuesta, es el que no logra calibrar. Nació en el territorio de la duda. Y si dice sí frente a una encuesta, se lamenta horrores, después, de no haber ratificado el no. Por eso, no se empleó nunca, no se casó, no viajó, no tuvo hijos, y cuando llegó la hora, se negó a morir.

XII

Dos veces traspasó el abismo. En la tercera, erró pie y cayó a los Jardines del Edén, donde todo está permitido menos maravillarse.

XIII

Fabrizio deposita su última lira en el banco y se va a la plaza. No tiene un céntimo. Ni encima, ni en su casa. Fabrizio piensa que, como el hombre de la camisa feliz, todo su dinero es del banco.

1 comentario:

  1. Me gustaron estas alteridades muy ciertas. Bella forma de escribir, es para recorrer el sitio despacio y disfrutarlo. Cordialmente. Mercedes Sáenz

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Acerca del autor

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Biobibliografía

Poeta, ensayista, crítico de arte, Jorge M. Taverna Irigoyen nació en Santa Fe. Ha publicado una decena de libros de poesía, crítica e historia del arte, mereciendo numerosos premios por su labor. Publicó sus narraciones breves bajo el título Historias verosímiles en la revista Letras de Buenos Aires y en el suplemento cultural de El Litoral de Santa Fe. Fue Director Provincial de Cultura, director y fundador del Centro Trandisciplinario de Investigaciones de Estética de Santa Fe y presidente de la Asociación Santafesina de Escritores. Es miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte y Presidente de la Academia Nacional de Bellas Artes.

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