Estados de gracia


I

Dios cobija a los pobres de espíritu. Y esa gracia divina, no debe impulsarnos a parodiar un grado de inocencia. Felisberto Hernández escribe libros para él. Los pule para él. Y los encierra bajo cuatro vueltas de llave en su escritorio, para él. Alguien los descubre, los publica y lo eterniza. Felisberto Hernández no se da cuenta, pero deja de escribir y empieza con sus recitales de piano.

II

Acaba de comprender que no tiene espacio para llorar. Su voluntad de resistir no alcanza. Y si bien no llora a gritos (tampoco solloza) siente que sus lágrimas importunan. Llorar para adentro no puede. Sin embargo, de a poco su mirada glauca se pronuncia. Sendas cataratas ocupan sus ojos.

III

Todos los santos la siguen a Eleuteria Gómez. Ella es devota, sí, pero los santos se arrodillan ante ella, le hacen promesas y le cuelgan exvotos, le dejan limosnas para los pobres…Eleuteria Gómez acepta, gozosa de que la busquen y que logre responder. Una cosa: a todos les ha dicho que lo hará mientras pueda. A veces, las piernas no la sostienen…

IV

Dos veces ha negado a la muerte. Y dos veces lo aceptó la vida. Sin embargo, José López López entiende que el juego tiene un final seguro. Y apura las conclusiones.

V

Virginal, ella pasa por la vida como una azucena. (Si usted prefiere otra flor, dígalo ya).Y presiente que los demás la miran con ojos raros. Seguramente, seguramente, nunca entenderán que en la vida sólo quiere ser una flor.

VI

Hay dos estilos: hablar de corrido, fluidamente, o con las pausas de una reflexión dubitativa. Los une a los dos, según las consecuencias que desea asumir: inteligente y persuasivo, angelical y prudente. Hoy descendió al Purgatorio. No le aceptaron ninguno de los dos estilos.

VII

Por un dólar me llevan a Uganda. ¿Qué no puede ser? Pregunte a la agencia. Voy sin seguro, claro, y la nave puede hacer tierra o hacer agua en cualquier momento. Pero eso es un problema para los escépticos.

VIII

El estado de gracia de mi prima es que nació con cabeza grande. Creo que hablaron en un principio de hidrocefalia. Le sobraba líquido en la cabeza. Pero muy pronto la familia no habló más del caso y mi prima se dedicó a comer. A toda hora. Está gordísima, ya no le alcanza la silla para contener su anatomía. Un día se me ocurrió que el agua se le había metido en el resto del cuerpo. Y la empecé a pinchar con una aguja de tejer. Desde ese día no me dejaron verla más.


IX

Erótica, erótica pura es la que imparte la institutriz francesa a los niños. No es educación sexual: es el uso de los dedos. ¡Pobres niños! El padre no sabe si despedirla o denunciarla. Opta por silenciar el hecho. Y continúa dejando la puerta de su habitación abierta…

X

No sé si es bueno o zonzo. Lo cierto es que su forma de ser exaspera. Todo está bien aunque esté mal. En todo está de acuerdo, aunque le juegue en contra. Y ni una palabra, la peor, lo moviliza. Esta tarde lo llevaron de voluntario de guerra. Concedió que eso es bueno, ya que, finalmente, así se llegará a la paz.

1 comentario:

  1. Cada Estado de Gracia resulta un exabrupto de luz purísima que lastima.
    Ha sido genial leerlos. Gracias.
    Sabeli

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Acerca del autor

Acerca del autor

Biobibliografía

Poeta, ensayista, crítico de arte, Jorge M. Taverna Irigoyen nació en Santa Fe. Ha publicado una decena de libros de poesía, crítica e historia del arte, mereciendo numerosos premios por su labor. Publicó sus narraciones breves bajo el título Historias verosímiles en la revista Letras de Buenos Aires y en el suplemento cultural de El Litoral de Santa Fe. Fue Director Provincial de Cultura, director y fundador del Centro Trandisciplinario de Investigaciones de Estética de Santa Fe y presidente de la Asociación Santafesina de Escritores. Es miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte y Presidente de la Academia Nacional de Bellas Artes.

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